viernes, 3 de marzo de 2017

Implicaciones éticas de la investigación cientifica


Vivimos un tiempo de incertidumbre moral. Los descubrimientos científicos y sus consecuencias tienen cierta responsabilidad por ese estado en que nos encontramos. Hace cien años, Wilhelm von Röntgen descubrió los rayos X, uno de los primeros aportes de la tecnología a la medicina del siglo XX. Un año después, casi todos los buenos hospitales europeos tenían aparatos de rayos X. Desde entonces y hasta la aparición en el mercado del comprimido llamado 846 -también producto de la investigación científica-, que provoca el aborto casi sin otras consecuencias, han sucedido muchas cosas. La manipulación del átomo permitió construir centrales para generar energía, pero también dio lugar a bombas de inédito poder destructivo y multiplicó los riesgos de la radiación; la manipulación del genoma abrió la posibilidad de la terapia génica, pero también de crear monstruos; y la manipulación de células llevó a la fecundación in vitro. Estas novedades han alterado la conducta humana y los criterios según los cuales se juzgaba que las cosas eran buenas o malas.

Los conflictos morales vinculados con la ciencia no son nuevos. En Sicilia, en el siglo V antes de Cristo, los pitagóricos descubrieron que la hipotenusa de un triángulo rectángulo isósceles no es medible por el cateto. El hallazgo les pareció irracional -los números relacionados con esa operación se llaman, todavía, irracionales- y lo mantuvieron oculto todo lo que pudieron, por el temor a las consecuencias perniciosas de hacer saber que el mundo no es racional. También hubo problemas morales relacionados, por ejemplo, con la realización de autopsias humanas, que se practicaban en Alejandría, alrededor de doscientos años antes de Cristo, pero después se prohibieron. Galeno no pudo hacerlas y su anatomía era la del cerdo y el mono trasladadas al hombre.
Vivimos en un mundo de cosas relativas, y el concepto de la ética se va adecuando a los distintos eventos científicos.
El investigador científico debe de abordar una serie de funciones, como: el acceso al escenario, las estrategias de entrada, el contacto con las fuentes de información, la presentación de la propia investigación, la identificación de los informantes clave, la adopción de un rol, el grado de participación y el abandono del escenario de investigación. Todas estas funciones deben estar provistas de rigurosas implicaciones éticas.

Las principales implicancias a este respecto tienen que ver con lo que se llama el consentimiento informado. Esto significa que los sujetos de investigación tienen derecho a ser informados de las diversas implicancias a los que tuvieran participación. Otra cuestión a abordar será la privacidad y la confidencialidad, sobretodo, la que asegure la seguridad y protección de la identidad de los participantes. Y, finalmente, las implicancias relacionadas con la estancia en el campo de investigación, sobretodo, el acceso a la información y a las personas que faciliten y garanticen esta estancia.

Ahora revisemos quiénes son los que abordarán estas cuestiones éticas en el proceso de investigación. Ellos serán los investigadores, la comunidad científica, las personas que usan los resultados y la sociedad en general.
El docente que ejerza una función adicional de investigador científico tendrá que actuar de forma que jamás vaya en perjuicio de los estudiantes y sin desmedro de una funciòn frente a la otra.

El investigador científico jamás tratará de servirse de la gente sujeto de investigación, sino establecerá comunicación con ellos, con la retroalimentación pertinente.
Otra cuestión ética a abordar tiene relación con la validez de los datos. Cuán generalizables éstos sean o particularizables y específicos, dependerá del momento que al investigador de interese privilegiar y el tema a investigar. Unos resultados obtenidos de una investigación cuantitativa, por ende generalizables pueden no ser de utilidad para determinados grupos, en su aplicación. Así mismo, unos resultados particulares obtenidos en base a una investigación cualitativa podrían no ser de ninguna utilidad si se generalizasen para diversidad de contextos.

LIMITES ÉTICOS DE LA INVESTIGACIÓN

Los concepto que debería formar parte de este punto son en extremo extensos. También lo son elusivos. Tienen que ver simultáneamente con la sociedad, la cultura, la civilización, la filosofía, la ética, la moral, la religión y la ciencia obviamente. Todo a la vez. En sí, se podría decir que este tema resume en casi todo lo que es el drama del hombre actual, su historia, su evolución y su futuro.
Como es lógico suponer, nuestra intención es entresacar de dentro de ese conglomerado de estudios, algunos ejemplos que sirvan para representar la esencia del problema, y ubicar al investigador dentro de su campo de responsabilidad social.
Max Born, científico alemán de destacadísima posición después de la segunda guerra mundial, decía que el condenaba el crimen de la bomba atómica, porque simplemente fue un crimen, pero que no podía llamar criminales a los científicos que la hicieron posible. Dentro del drama se preguntaba si la criatura llamada átomo, que dio lugar a la creación de ese artefacto y la consecuente destrucción de Hiroshima y Nagasaki, no pudo haber sido previsto que crecería por encima de nuestras cabezas y se convertiría en amenaza a nuestra propia  existencia. Pero simultáneamente reconocía que el potencial de esa tecnología utilizada de otra forma, por ejemplo en medicina podría constituir una bendición para la humanidad y por lo tanto tenía que seguir siendo desarrollada.
Actualmente el líder de la iglesia católica, el Papa Juan Pablo II, se ha revelado contra la ingeniería genética. Esta ciencia nos promete poder cambiar todos los "sagrados" designios sobre la vida y la muerte de los humanos, en toda especie viva y más adelante en las ya extintas. Cincuenta años más tarde se reproduce de igual manera el drama con el descubrimiento en Alemania de la tecnología que permitía fisionar el átomo. Todo dependerá de uso que los no científicos, los líderes políticos, sociales y religiosos hagan de estos conocimientos.

El campo de la ética.

La ética se refiere a la conducta que el hombre asume frente a las normas que impone la sociedad, entre ellas las de carácter moral. Se deriva de la palabra griega ethos, que se entiende por "carácter" o "modo de ser". Visto así el término, no indicaría que mientras el individuo que hace ciencia se mantiene dentro de los límites, que en términos legales y morales establece la sociedad, su trabajo científico, sin importar sobre que área del conocimiento se está llevando a cabo, es perfectamente ético. El científico debe tener, al igual que cualquier otro ciudadano la suficiente templanza para someterse a la autoridad del gobierno de la sociedad. Es justo no interferir con el trabajo del científico mientras éste no afecte el resto de la sociedad. No puede el científico pensar en el bien para hacer ciencia, porque el concepto no pertenece al campo de la ciencia. El científico produce conocimientos que pone luego en manos de la sociedad que supuestamente posee gobiernos justos y sabios.

Conflicto entre ciencia y sociedad.

La actividad del científico está dirigida al proceso de obtención de nuevos conocimientos, bien por la vía de los descubrimientos o por la vía de la inferencia teórica. El aspecto relativo a la aplicación de estos conocimientos no siempre es necesario considerarlo como importante. 
Al científico le interesa responderse preguntas y no tanto que hacer con la respuesta. Newton se preguntó en el siglo XVII qué es la luz, trabajó intensamente en ello y no fue hasta el siglo XX, con la aparición de la teoría cuántica, cuando en realidad se consiguió la respuesta acerca de su naturaleza. Pero su aplicación se debió más a la curiosidad de un científico como lo fue Tomás Alba Edison, que creó la bombilla eléctrica y alteró la oscuridad de las noches, acabó con los fantasmas y cambió para siempre las costumbres.
En cambio, las sociedades, sobre todo las occidentales, aún reconociendo la importancia que reviste la obtención de nuevos conocimientos, por su parte tratan de mantener sus costumbres asentadas en normas y principio filosóficos, éticos, morales y religiosos a los que considera como factores fundamentales para el mantenimiento del orden social. 
Kinsley Davis, en su obra La sociedad humana lo dice. "la sociedad humana es única porque depende de la cultura"  Finalmente, se trata de un equilibrio muy precario que se trata de mantener dentro de la dinámica del cambio que experimenta, tanto el soporte cultural de la sociedad como producto de la llegada de nuevos conocimientos, y los cambios en la ciencia que estos mismos cambios sociales producen y los afectan.

Importancia

La ciencia es una actividad de carácter social que cada vez toma mayor importancia, porque está marcando las  más notables  diferencias entre las naciones de nuestro planeta.
Esta evolución ha ido acelerándose exponencialmente desde los maravillosos  inventos de Leonardo Da Vinci, siglo XV hasta nuestros días, en los cuales, hemos comenzado a poner los primero peldaños de la escalera que nos llevará a crear nuevas civilizaciones en otros planetas.
Los choques de la ciencia producidos por la irrupción de descubrimientos con las costumbres de los pueblos, les altera la inercia que caracteriza a los hábitos y  tradiciones de vida de los pueblos que cambian con mayor lentitud.
Dependiendo de cuan fuerte sea este impacto, los cambios son más rápidos y profundos en el epicentro donde éstos se producen y más lentos, lógicamente, en la periferia donde su onda expansiva tarda más en llegar.
La ciencia es un sistema dinámico pero  no determinístico, con esto queremos decir, que no podemos calcular con exactitud en que posición precisa dentro de las coordenadas tempo-espaciales nos encontraremos en términos evolutivos en un momento futuro, y además, que la relación que se establece entre la ciencia y la  sociedad es recíproca, alterándose sus resultados en función de los cambios que se producen dentro de los elementos que constituyen el sistema, igual a como sucede con el clima. La ciencia altera a la sociedad y esta luego altera el curso de la ciencia, de esta manera se reproduce el ciclo infinitamente.
El descubrimiento y manejo de la energía que se produce como resultado de la concentración del vapor, dio origen a la revolución industrial en la inglaterra del siglo XVII, cambió la relaciones sociales de producción y dio origen al sistema capitalista.
La comprensión de esta energía (muy ineficiente), sin embargo, dio lugar a que apareciera la locomotora, motor de los ferrocarriles.
Algunas naciones como Rusia a principios del siglo XX, calcularon que si utilizaban este invento para unir al país, vaciar las ciudades súper congestionadas y repoblar zonas deshabitadas podrían reducir las tensiones sociales que amenazaba la monarquía, el resultado fue lo contrario, la revolución fue la que utilizó este medio y derrocó a la monarquía.
Gahndí consideraba a los ferrocarriles que los ingleses construían a todo lo largo de la India como amenazas a las costumbre y propugnaba por mantener los sistemas de caminos tradicionales. De no haber sido muerto 6 meses después de tomar las riendas del gobierno de su país, probablemente esta oposición a los ferrocarriles habría cambiado la historia que hay conocemos de esa nación.

¿Hacia dónde vamos?

El imperio de la técnica sobre la sociedad  humana y su piso, la cultura, aumentará cada vez más. Los países industrializados con tecnología actualizada dependen para conservar y aumentar los altos  estándares de vida, de la producción de nuevos conocimientos, su rápida aplicación y además, crear las condiciones socio económicas para que se manifieste el consumo de los bienes y servicios producidos. 
Dentro de ese ciclo se regenera y aumentan  los fondos requeridos para producir más conocimientos. Este ciclo se reproduce indefinidamente. Por eso se dice, que vivimos la era del conocimiento, porque nunca antes había sido tan clara la relación de dependencia entre conocimiento humano y progreso social.
En este tipo de país con industrialización moderna, la aparición continua de nuevas tecnologías que alteran las relaciones de producción provocan un reacomodo en todo el resto de los sistemas, sobre todo en el cultural. Veamos un ejemplo. La robótica, síntesis de la cibernética-mecánica, ha provocado la desaparición de millares de puesto de ensambladores en fábricas de producción continua como es, por ejemplo, la automotriz, parte de este personal debe trasladarse a otras áreas de trabajo, algunos quedan desempleados y no logran reinsertarse, pero a su vez, la industria que fabrica los robots, está demandando nuevo personal más calificado que el que han desechado las ensambladoras  usuarias de esta tecnología. 
Los países  altamente industrializado han logrado mantener un balance cercano a cero con períodos breves de desajuste. A principios del siglo XXI, el desempleo en USA, alcanzaba 4%, cifra esta considerada como representativa de un nivel de pleno empleo.
En cambio, en los países subdesarrollados en términos científico tecnológico, o subcientíficos como también se suele llamarles, la incorporación de modernas tecnologías foráneas para garantizar la competitividad en el mercado es devastador. Genera desempleo con su secuela de problemas sociales. Más no es posible que las empresas no se modernicen y pretendan seguir viviendo indefinidamente, la alternativa es la misma para todo el mundo, reconocer en que área existen ventajas comparativas y abocares a desarrollar la vida social en torno al máximo desarrollo de estas actividades.

IMPLICACIONES ÉTICAS EN EL DESARROLLO DE LA TECNOLOGÍA

Introducción: ética y moral como núcleo de la relación ciencia-tecnología
Mucho tiempo ha transcurrido desde la época en que se pensaba dicotómicamente que la ciencia y la tecnología eran neutras y que sólo la política, la economía, o la ética tenían que ver con los asuntos relacionados con los valores. Asistimos a una etapa de pensamiento humano, que ha hecho una severa crítica a la ciencia y a la tecnología y sus pretensiones ingenuas de objetividad.
En este escenario enfrentamos un mundo en el que se esfuman viejas realidades, y las modificaciones que se están produciendo no son ya, principalmente, de orden físico o material. Estas tienen serias implicaciones en la definición de los valores que van a participar en darle una orientación digna a la conducta humana. El hecho es que estamos en una época histórica, en que cada vez más se concientiza la relación ética, ciencia y tecnología. Para el establecimiento de esta relación se tiene como núcleo central la ética como concepto, entendida en su más amplia acepción como la disciplina encargada de estudiar la valoración moral de los actos humanos, o el modo de explicar las condiciones de una convivencia justa. Según este planteamiento la ética es un instrumento de orientación de los seres humanos, que permite seleccionar los causes que se corresponden con la dignidad humana. Del concepto planteado se deduce que la moral es el eje alrededor del cual se mueve la ética. Cuya función es la de preservar la sociedad, de manera que los actos humanos se desarrollen de forma positiva para esta. Siendo así, se podría argumentar que la moral, es cultura en tanto influye en el comportamiento positivo de las personas.
En este sentido se podría plantear que la moral tiene como base, principios, normas, valores, cualidades e ideales que guían al hombre sobre la forma de comportarse para desarrollar una vida honesta. Es decir, la moral es el movimiento progresivo hacia un determinado modelo de comportamiento, tiene como función el perfeccionamiento de la conducta de los seres humanos.
A partir de los aspectos anteriormente esbozados el objetivo de esta presentación consiste en delinear las bases sobre las que se fundamenta la relación, ética, ciencia y tecnología, de manera que ello permita reflexionar ante las profundas implicaciones sociales que podría tener el inadecuado empleo de la informática.
Se parte de la idea que en el campo de la informática está naciendo un tipo específico de ética, que no se reduce a la simple delineación de las reglas de conducta, sino por el contrario, supone la indagación acerca de los modificaciones reales que se están produciendo en las relaciones morales, referidas a la decadencia de viejos razonamientos morales y nacimiento de otros nuevos que definen los comportamientos objetivos que se derivan del desarrollo de la informática.
¿Qué plantea el debate en la relación ética, ciencia y tecnología? El debate actual acerca de la relación ética, ciencia y tecnología, parte del supuesto de que la ética está por encima, y es la que tiene que guiar a la ciencia y a la tecnología en su capacidad de servir al desarrollo del hombre. Se reconoce que la ciencia y el desarrollo tecnológico brindan los medios y el conocimiento para construir grandes sistemas informáticos, pero es la ética la que juzgará si es legítimo o no el aplicarlos o desarticularlos. El efecto es que la ciencia y la tecnología no son neutras ni en los usos que se le pueda dar, ni en los medios que utiliza para alcanzar sus fines, que es el conocimiento. En este marco es importante reflexionar ante el rol de las Ciencias Informáticas, las cuales, tienen como base construir realidades de interacción social según su carácter socio-clasista. Sin embargo, en su posibilidad de actuar también está presente la posibilidad de presentar o construir esa realidad deformando los sentidos de acuerdo a lo que le interese al individuo. Por lo que el riesgo de manipular la realidad en función de la naturaleza valorativa de los intereses del ser humano, es un hecho que aguarda permanentemente cualquier área del saber y del ejercicio humano en el escenario de la informática. Según esto se podría hacer la siguiente pregunta: ¿Son los conocimientos y avances científico-tecnológicos vinculados a la informática, como tales la fuente de este tipo de amenazas? ¿O es su utilización por otros hombres, por los medios del poder político y económico?
Ateniéndose a las realidades actuales del mundo, la respuesta puede resultar obvia. De hecho, una enorme parte de la población mundial no esta amenazada por los avances científico-tecnológicos de la informática, sino precisamente por su falta de acceso a ellos, proliferando una enorme brecha digital. Las tensiones sociales que genera esta falta de equidad implican un peligro tan grave para el entramado social que ya no es posible continuar soslayándolo.
Necesidad de clarificar los dilemas éticos Las bases sobre las que avanza el empleo de la informática en el mundo actual hace más necesaria la clarificación de los dilemas éticos que presenta la acción humana en este contexto. Según los analistas del siglo XXI será probablemente el siglo de la ética. Ello está determinado por múltiples factores. El fundamental el avance de la informática y sus implicaciones sociales. En este ámbito los avances de la nanotecnología, especialmente de la bio-informática, introducen en la conducta del hombre capacidades insospechadas de manipulación de la naturaleza biológica y humana que hasta ahora no eran posibles. Si hasta el momento la evolución de las especies se producía por mecanismos más o menos naturales, ahora el hombre es capaz de romper esas barreras e intervenir en las mismas leyes que gobiernan la evolución. Según esto es razonable pensar en varias preguntas problémicas antes de actuar: ¿Vale la pena preguntar cual debe ser el límite adecuado para esta intervención? ¿Es posible identificarse solo con la idea de que el valor absoluto y por encima de todo es el avance del conocimiento por sí mismo? ¿Sería bueno pensar que el conocimiento se convierta en un fin en sí mismo, y ponga en riesgo otro valor -que es mucho más importante, la convivencia armónica entre los seres humanos? Durante el siglo XIX se quedaban en el marco prácticamente “teórico” ciertos problemas éticos provocados por el avance de la ciencia y de la tecnología. En la actualidad la connotación social de estos hace que afloren fuertes preocupaciones. En este marco resalta la crisis ecológica que vive el mundo. Revalorizar la ética en el marco del desarrollo de la informática. Para el caso que ocupa este trabajo relacionado con la reflexión ética frente a los dilemas de la informática, se podrían plantear varias cosas que pudieran hacer pensar en la importancia de revalorizar la ética en el marco del desarrollo de la informática. Primero, la informática ha llegado a ser el centro y la base de todas las operaciones importantes de las sociedades más desarrolladas. Prácticamente no es posible ubicar estas sociedades sin las redes de ordenadores. La mayoría de las operaciones industriales, comerciales, militares, así como servicios tales como transportes, de salud, educación o de investigación, se pararían en seco y dejarían de funcionar sin el apoyo que reciben de los medios informáticos. Segundo, la informática es ciertamente la tecnología más importante que aparece en el siglo XX, revolucionando modos de pensar y ser de sociedades y personas. Lo que hoy se conoce como Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, podrían llegar a tener con el tiempo, un impacto social igual o incluso superior al que se le ha otorgado a la Revolución Industrial. Tercero, la informática imprime múltiples potencialidades entre ellas, la posibilidad de manejar fácilmente grandes cantidades de información, la comunicación prácticamente instantánea con cualquier parte del mundo a través del Fax o el correo electrónico (e-mail), la televisión interactiva, la educación primaria y secundaria apoyada por ordenador, la implantación cada vez más frecuente de sistemas inteligentes para controlar diversos automatismos en nuestra vida corriente.
Ética, (del griego h J s V : moral, carácter, costumbres) es la ciencia que trata de la moral, de su origen y desarrollo de sus reglas y, sobre todo, de las normas de conducta de los hombres, de sus deberes hacia la sociedad, hacia la patria y el estado.
Es precisamente este hombre el que ha logrado que en los últimos años tanto la ciencia como la técnica hallan logrado un avance vertiginoso. Ello ha traído como consecuencia la aparición de un nuevo paradigma: La Tecnología de la Información (TI).
Este vertiginoso desarrollo ha incidido de forma directa en las relaciones entre las personas y, por ende, entre los profesionales, así como en sus estrategias económicas y políticas.
Debido a que son estos profesionales los autores de los sistemas que mueven las Tecnologías de la Información ellos juegan un papel determinante, pues de su actuación se deriva el aporte de beneficios o de daños, o la influencia en otras personas para que actúen como ellos, esto ha devenido en un problema que atañe a toda la sociedad.
En nuestra sociedad, como en otras tantas, la formación de estos profesionales pasa por las manos de los profesores en escuelas y universidades, los que, de una u otra forma los modelan para entregarlos a la sociedad y que allí reviertan lo que se ha depositado en ellos.

2. Ciencia y Sociedad
Es bien conocida la idea de que la ciencia es un sistema lógicamente estructurado de conocimientos verdaderos, y que su objetivo o propósito fundamental consiste en descubrir las leyes objetivas de los fenómenos y encontrar la explicación de ellos.
Pero también se sabe que todo conocimiento, por teórico que sea, está en relación directa con todos los aspectos de la vida, en relación directa con las personas. Es irrefutable que este conocimiento que muestra la realidad también condiciona la posibilidad de influir sobre la misma. Por ello se puede afirmar que todo conocimiento científico tiene una relación directa con el hombre.
Es por ello que la actitud frente a la ciencia, por necesidad, constituye una actitud frente al hombre y por ello involucra el aspecto moral.

De ahí que toda actividad científica deba orientarse por el reconocimiento del individuo como valor supremo, pues es precisamente el ser humano, su vida, su bienestar y salud, su cultura, su libertad y progreso, quien le confiere sentido real a la ciencia. [López, 1994]. De no ser así el actuar del hombre de ciencia se convierte en un problema social.
Para la ciencia las teorías científicas son fundamentales pero ello es sólo una parte de sus resultados. Esos resultados se alcanzan en virtud de una práctica social. Todos esos rasgos transparentan la naturaleza social de la ciencia, ya que son procesos y entidades sociales que sólo se pueden explicar en relación con el contexto social que los condiciona [Núñez, 1999].
Con la tecnología sucede idénticamente. Esta es mucho más que una suma de aparatos cada vez más caros y sofisticados; sino que es una práctica social que involucra conocimientos, destrezas, recursos humanos y materiales, valores e ideologías [Núñez, 1999].
De ahí que los cambios tecnológicos, experimentos sociales en sí, requieren de control social. Por ende la visión que deben tener los actores de la ciencia y la tecnología necesita ser educada en principios que respondan ante la sociedad, es decir, éticos.
La ciencia y la tecnología aparecen y se desarrollan gracias a la actividad práctica de los hombres, a su relación social.
La educación de los profesionales, de todos en general y, específicamente de aquellos que manipulan las Tecnologías de la Información, debería fundarse en la idea de que ciencia y tecnología son procesos sociales, y no verdades y aparatos al alcance de todos.
Se plantea, pues, ante la humanidad un problema que nos involucra a todos. Su parte más oscura reside en criterios que intentan fundamentar teóricamente una actitud evasiva por parte de la ciencia y los científicos en relación con la responsabilidad por el uso de sus resultados. De esta forma se plantea que no se puede pensar en la existencia de algún gran descubrimiento científico que en principio no pueda tener una u otra aplicación con fines inhumanos.
O sea, que un mismo resultado científico, puede tener diversos destinos, utilizarse para el bien del hombre o para su destrucción.
La historia de la física, la química y la biología pueden aportar ejemplos.

¿Qué decir ante tamaña excusa?
Sería totalmente injusto culpar hoy a Einstein, a Mendeleiev o Pasteur por la bomba atómica, las armas químicas, o la guerra bacteriológica. Pero también sería inadecuado, sobre esta base, exonerar totalmente de responsabilidad al científico y a la ciencia cuando esta es guiada de antemano por una finalidad antihumana, como ocurre en el caso de la actividad científica vinculada a la gran industria de guerra imperialista, en la aplicación de guerras bacteriológicas, de la cual hemos sido testigos, en la utilización de proyectiles con uranio empobrecido y en toda una serie de acciones que día a día se aplican en el mundo contemporáneo.

La ciencia carecerá de sentido si no se fundamenta en el principio del humanismo, pues ella debe reconocer al hombre como valor supremo.

Es precisamente el hombre, su vida, bienestar, salud, cultura, libertad y progreso, quien le confiere sentido a la ciencia [Clark, 1999].
El desarrollo de las TI es de tal envergadura que las invenciones nuevas hacen prácticamente obsoletas los existentes hasta hoy. Se vislumbra, una nueva era. Este vertiginoso y ascendente movimiento de las TI, ha motivado el cambio del paradigma tecnológico, el que deja de tener como base al petróleo y es entonces la información quien viene a situarse en su núcleo.
Es así como las relaciones interpersonales cada vez son menos cercanas, al tener la posibilidad de, a través de una computadora, poder recibir diferentes servicios (teletrabajo, telecompra, educación a distancia, correo electrónico). Igualmente al tener una interrelación con sus compañeros de trabajo a través de la computadora, cada vez la confrontación personal es menor y se pierde el concepto de colectivo laboral.
No se quedan atrás las relaciones interprofesionales. Con un mayor uso de estas tecnologias las relaciones del profesional de las TI se amplian cada vez más, lo que conlleva a que su actividad se diversifique y penetre, con una profundidad nunca antes vista, en otras profesiones.
Ni que hablar entonces de su estrategia tanto económica como política ya que cada vez más las TI inciden en la prestación de servicios, que es a la vez el sector que produce los mayores dividendos en las producciones económicas nacionales de los países desarrollados, e incluso de otros que no lo son, y, como es harto sabido, si se tiene el dominio de la economía se logra el dominio político.
Y todo esto producto de que, dado el uso de las TI, no hay enfrentamiento personal, cara a cara, y, escudándose tras una tecnología, se miente, se tergiversa, se aplasta si es necesario, a su interlocutor, si así se le puede llamar, rompiendo con los más elementales principios de la ética. ¿No es esto acaso un problema social de considerable envergadura?

3. La Honestidad: cualidad moral imprescindible.

Teóricamente, todo lo que obstaculice el conocimiento de la verdad, la altere o impulse premeditadamente hacia la mentira, resulta amoral y, por ende, no ético. Por otro lado, la valentía en la oposición al engaño, a la falsedad, al prejuicio, debe primar en la conducta y actividad profesional del científico, unido a la sabiduría y objetividad en la expresión de la verdad. Esto, a su vez, exige del científico asumirla como valor principal que guíe su actividad. En este sentido, la honestidad hacia sí mismo y hacia los demás, deviene en cualidad moral imprescindible para la eficacia científica y, en definitivas, para su quehacer profesional, lo cual demuestra una actitud ética ante su actividad.
El rigor profesional en las TI está unido indisolublemente a la honestidad personal del profesional. El respeto a la propiedad intelectual debe convertirse en principio rector de su atención. Copiar programas, base de datos y atribuirse su creación, así como su venta ilícita son actitudes deshonestas y poco profesionales. La creación científica sólo es legítima cuando surge como resultado del esfuerzo investigativo, de la autosuperación y el trabajo constante.

4. Responsabilidad individual y social

En los marcos del actual paradigma de la información el profesional de las TI asume una gran responsabilidad, no sólo individual, sino social.
La sociedad pone en sus manos las más avanzadas tecnologías de la manera más racional y eficaz posible. Es su deber lograr un producto de óptima calidad y altamente fiable para contribuir de manera eficiente a la toma de decisiones, lo cual implica una exigencia en grado sumo de la responsabilidad que debe asumir ante estos retos. La ineficiencia, la alteración de datos, la indiscreción en la manipulación de información, no sólo atentan contra la seguridad social, sino que constituyen actos éticamente reprochables desde el punto de vista profesional. Del mismo modo, el uso inadecuado de la información o la desinformación con fines nocivos, egoístas, individualistas o subversivos, nada tiene que ver con la profesionalidad y denotan un alto grado de irresponsabilidad hacia los deberes de cada profesional.

5. Casos anti-ética

La no observancia de reglas, deberes y derechos por parte de profesionales, ha dado lugar a que no pocos se hayan visto involucrados en graves problemas éticos en que ha tenido un rol protagónico las TI.
Se cuestiona el riesgo que representa la utilización de las TI en lo que concierne a la vida privada y la libertad de las personas, ya que mediante ellas se puede tener acceso incontrolado a datos e informaciones de las personas, poniendo en conocimiento de extraños, cuestiones tales como su estado de salud, situación financiera o familiar, opiniones de cualquier tipo y hasta sus hábitos de consumo, reflejados en la computadora del supermercado [Clark, 1999].
Es decir que dentro de las TI la vida privada será un lujo. Si estuviéramos dispuestos a renunciar a la privacidad a cambio de comodidad, nuestra vida cibernética nos hará añorar el anonimato del pasado [Cerf, 2000].
Un ejemplo se tiene en el uso de las tarjetas de los clientes de las cadenas de tiendas. El cliente al poseer esta tarjeta obtiene determinados beneficios "gratuitamente", tan solo llenando una planilla con los datos personales e información de la cantidad y edad de los integrantes de su núcleo familiar. Estos datos se registran en una computadora, de esta manera cada vez que la persona compra, la cadena conoce los hábitos de consumo de cada uno de sus clientes, lo cual puede ser manipulado por las tiendas para el ofrecimiento de productos que, de antemano, sabe que serán adquiridos por este consumidor, violando así su privacidad.
¿Acaso estos ejemplos no nos muestran una total falta de ética en el uso de las TI, constituyendo un problema para la sociedad?

6. Internet: un caso especial

Un caso especial lo constituye Internet.
Empresas, medios de comunicación, entidades gubernamentales, universidades, partidos políticos, personas, etc. colocan sus páginas de información, las cuales se difunden en el mundo entero.
Ante este nuevo reto se necesita una política inteligente que permita al país los beneficios de esta tecnología, que mantenga, ante cualquier adversidad, una actitud ética en su accionar.
Un ejemplo de cómo se influye negativamente en otras personas se presenta en PC MAGAZINE, la prestigiosa revista de Informática, donde se ofrece propaganda sobre programas y juegos por computadora de tipo erótico. Esto pone de manifiesto falta de ética profesional en esa revista.

La tesis esgrimida de la libertad en el flujo y en el tipo de información solapa la realidad de una moral basada en intereses de tipo comercial y donde los valores y la ética profesional son pasados por alto.
En muchos casos se genera adicción a sitios dedicados a la pornografía, incluso en niños, esto lacera lo más hondo de los sentimientos humanos, cuando en vez de educar se deforma, conscientemente, el futuro de la humanidad, violando el más elemental sentido de la ética y trayendo consigo problemas sociales de alcance incalculable.
En un estudio reciente en el que participaron unas 200 personas que se conectaban por primera vez en Internet; los resultados revelaron que cuanto más tiempo pasaban las personas conectadas, menos tiempo dedicaban a sus familias, su círculo social se reducía y comenzaban a sentirse cada vez más solos y deprimidos [Shapira, 2000].
La cultura de la pantalla es un mundo de flujo constante, de sonidos infinitos, de cortes rápidos e ideas a medio madurar. Es una corriente de rumores permanentes, de titulares de noticias y de primeras impresiones volátiles. Las nociones no son autónomas, están masivamente interconectadas con todo lo demás. La verdad no sale de la boca de los autores y autoridades: el público se encarga de crearla, tergiversando los códigos que aparecen en pantalla, cosa que no pueden hacer con la ley. Sin embargo, el código influye en el comportamiento tanto como la ley, o incluso más [Kelly, 2000].
Es preocupante la gran cantidad de dinero que se destina al desarrollo de la alta tecnología y lo poco que se destina a estudiar cuál es su efecto en las personas. [Shapira, 2000].
En resumen, de Internet podemos decir que no es el resultado científico el que está diseñado para, por ejemplo, atacar a un estado soberano o difundir pornografía, sino que el hombre, falto de la más elemental ética, aprovecha esas posibilidades en beneficio propio y le impregna al resultado científico su propia ética personal.
Una solución para esta problemática no parece estar muy cercana. Cuando en 1992 la actual administración norteamericana habló de que un paso ineludible en el desarrollo seria la creación de las "autopistas de la información" quizás imaginaba que podría controlar las mismas. Sin embargo, como ya se explicó, Internet es una entidad sin límites. De manera que se necesitará un gran esfuerzo para que el trabajo de la misma esté dentro de normas que no puedan servir a intereses egoístas, se reafirma con ello cada vez más que se torna complejo y constituye un problema social provocado por el desarrollo de la ciencia y la tecnología.

7. Los virus. Un punto y aparte

Un punto aparte lo constituyen los virus informáticos.
Los virus informáticos, son el resultado del trabajo mal orientado de especialistas sin ética profesional que corrompen y destruyen no sólo valiosas informaciones, sino también destruyendo valores éticos y morales, que pudieron haber sido sembrado en ellos alguna vez.
Teniendo en cuenta la cantidad de estos programas malignos, que han tenido un vertiginoso aumento, es evidente el peligro que se corre si no se toman medidas al respecto.
Se planteaba al principio que el problema radica en personas sin ética profesional, pero ya en estos casos no se trata de la mala manipulación de la ciencia por una persona, sino, que en estos momentos los creadores de estos programas malignos desarrollan programas para "generar virus", de manera que cualquier aprendiz sea capaz de crear un virus.
Un aspecto de interés en el caso de los virus informáticos, es que estos pueden diseñarse incluso para afectar directamente a terceros, lo cual es la muestra más evidente de la importancia de la ética de la profesión.
En otro orden del desarrollo de la ciencia y la tecnología, se están abriendo, cada vez más, nuevos horizontes hacia la nanotecnología. Desde que en 1959, Richard Feynman, quizá el físico teórico más brillante desde Einstein, predijo en una conferencia que un día sería posible construir máquinas tan diminutas que estarían formadas de sólo unos pocos miles de átomos, la carrera en pos de alcanzar la supremacía en este campo es cada vez mayor .
Mediante la nanotecnología sería posible construir las cosas más diminutas imaginables, usando moléculas e incluso átomos, en lugar de ladrillos.
Esto, a su vez, ofrecería la posibilidad de construir prácticamente cualquier cosa.
¿Qué sucedería si alguien decidiera crear un arma nanotecnológica?, una dantesca posibilidad que, en comparación, haría que los virus actuales de las computadoras fueran un juego de niños.
La nanotecnología podría convertirse en la tecnología dominante del siglo XXI [Lemonick, 2000].
Las posibilidades que brinda son enormes, pero está en el actuar del hombre, en su responsabilidad y ética, que los frutos que se recojan de ella sean para su beneficio y no para su destrucción.
Para regular la conducta moral de los distintos profesionales en su quehacer y en sus relaciones surge el Código de Ética Profesional, que es un conjunto de principios, normas y exigencias morales adoptadas en un medio profesional determinado [López, 1994].
Puesto que representa el consenso de la profesión en cuestiones éticas, es un medio para educar, tanto a los futuros profesionales como a la sociedad.
En este campo se han dado algunos pasos y en la actualidad ya existen en el mundo asociaciones de profesionales de las TI que cuentan con su código de ética. Se han creado, además, Comités de Ética, que tienen como objetivo controlar su cumplimiento.
En Cuba, es muy común ya que cualquier cuadro administrativo, al tomar posesión de su cargo, se adhiera al Código de Ética de su profesión, lo cual es expresión del progreso moral alcanzado por los profesionales en nuestro país.
Pero esto no basta.
Como es conocido las TI son aplicables en cualquier campo, sea del arte, la ciencia, la tecnología, la medicina etc., y, por el impacto que las mismas tienen a nivel mundial y la importancia dada por las máximas autoridades nacionales, se hace necesaria la aplicación de un Código de Ética en el cual se comprometan todos y cada uno de aquellos que hagan uso de las TI, de forma tal, que sea inherente de su actuar, sea cual fuere el campo profesional en que se mueva el individuo, ante el cual deba responder, si es necesario ante la justicia, al comprobar que se ha infringido dicho Código.

A los profesionales de la educación nos corresponde un papel primordial en la formación de los profesionales del mañana. Por ello estamos ante el deber ético de ir sembrando, desde las aulas, esta responsabilidad y esta conducta en los estudiantes que conformarán mañana ese ejército de profesionales que tendrán en sus manos las TI.
El profundo conocimiento de una tecnología en las manos de profesionales que consideren su trabajo desde el punto de vista moral como neutro, es decir, que el resultado de su trabajo no se asocie al hombre, conduce inexorablemente a una degradación del producto resultante de este trabajo, profundizándose más el problema social que resulta del desarrollo de la ciencia y la tecnología, cuando no se aplica éticamente.

8. Una propuesta de solución al problema.

La división social del trabajo y el proceso de especialización de los individuos, en actividades concretas no sólo dio origen a las profesiones, sino al establecimiento de un sistema de relaciones entre sus miembros. A esto se le conoce como ética de la profesión. Con este concepto se refleja, sobre todo, la medida en que las nociones morales de determinado grupo profesional se corresponden con los juicios, valores y valoraciones morales de las masas.
Para regular la conducta moral de los distintos profesionales en su quehacer y relaciones surge el código de ética profesional que es un conjunto de principios, normas y exigencias morales adoptadas en un medio profesional determinado [López, 1994].
Es bueno aclarar que dicho código no está simplemente orientado a identificar la naturaleza de los actos cuestionables, sino que también tiene una función educativa. Puesto que representa el consenso de la profesión en cuestiones éticas, es un medio para educar, tanto a la sociedad como a los futuros profesionales, acerca de las obligaciones éticas de dichos profesionales [Gotterbarn, 1999].
Desde luego que una única solución no existe para los problemas tratados aquí. Es por ello que planteamos una serie de principios, en los cuales se basarían los códigos de ética que se implanten en cada instancia:

9. Principios

Cuales serían, en parte, los principios que debieran conformar este Código de Ética se proponen a continuación: [Miranda y Ruiz, 1999].
Aceptar la completa responsabilidad de su trabajo.
Ejercer su profesión sobre la base de la subordinación de los intereses individuales a los sociales.
Considerar el servicio a la sociedad no sólo como derecho, sino como un deber y una responsabilidad.
Poner sus conocimientos y habilidades en función tanto del desarrollo del país como del bienestar social.
Comportarse, en todo momento, con sencillez, modestia, honestidad y lealtad.
Garantizar la calidad de la obra que realice o el servicio que preste.

TECNOETICA

Tecnoética no viene de ética tecnológica, sino de la palabra griega noetikos, que significa mente. Por lo tanto, tecnoética representa el punto de encuentro de la tecnología y la mente.
El encuentro de la física de la información con la biotecnología, una forma de cultura post-biológica. Esta combina la conciencia con la tecnología, lo antiguo con lo moderno, lo espiritual con lo artificial y lo cósmico con lo cultural. Usando una metáfora, es un medio húmedo, que combina la sequedad de la tecnología con los líquidos de la vida. Un componente importante de este concepto es la cibercepción, una facultad emergente, que nos permite pensar más rápido, profundizar en la materia y en el espacio y hacer invisible lo visible. En otras palabras, la conciencia es redefinida y por ende la realidad se redefine. De hecho el cine ya explora estas ideas en películas como Matrix o DarkCity. ¿Qué es la realidad? Algo absoluto o es sólo lo que sentimos o creemos que sentimos.
Es la rama de la ética que estudia lo relacionado a la tecnología.
Estudia los problemas morales que se presentan en el desarrollo tecnológico, evaluando el beneficio que aporta un nuevo invento y las consecuencias que tendrán en el medio ambiente o en los individuos.
Un ejemplo puede ser cuestionarnos si la tecnología nos beneficia realmente o solo nos hace las cosas fáciles entorpeciendo nuestro desarrollo.


COMPORTAMIENTO ÉTICO DE LA TECNOLOGÍA

Las personas con formación profesional deben estar consientes que, gracias a su preparación, pueden ocupar cargos que imponen responsabilidades especiales, como mantener la confidencialidad de sus clientes, que no tendrían si no estuviesen ejerciendo su labor de tecnólogos. Además, el aumento de la importancia de tecnologías como los computadores y las redes en la sociedad actual obliga a los profesionales a meditar sobre ¿cuales deben ser los lineamientos éticos que deben seguir para su uso?

Las diferentes profesiones tienen un código de ética establecido, esto con el fin de mostrarles lo bueno o malo que pueden ejercer en su carrera. De cada profesional, tecnólogo depende un comportamiento ético ante la sociedad a la cual se va a desempeñar, dirigiendo su responsabilidad de diferentes maneras, ya sea dando la mejor solución y lo mejor de si para un desempeño intachable o tal vez escoger el camino fácil y jugar con su nombre, imagen, y demás colegas en el campo.

Tener conocimiento de nuestro código de ética nos permite crear una imagen, un nombre, una credibilidad a mis servicios, esto nos ofrece confianza y autonomismo en la hora de presentar nuestro portafolio al cliente. El partir de una buena imagen es el inicio de una carrera con éxito.


No hay comentarios:

Publicar un comentario